CHIQUILLA
Ay chiquilla de ojos verdes te recuerdo cada día
cuando en la esquina de arriba te miraba y te reías
jugábamos a la comba y también al escondite
mientras tu madre y la miá nos miraban sonrientes.
Y a otra mañana al colegio, que había buena caminata,
y nos daba por la tarde queso, que bueno que estaba
también estaba el churrero que pasaba en la mañana
cantando “chorros calientes,” “pa” ver quien se los compraba
y aquel barrio tan pobre con las casas encaladas,
en las rejas sus macetas con las flores asomadas
un barullo de alegría era toda mi barriada
los viejos aya a la sombra protegiéndose del sol
y las mujeres cosiendo, tras la reja del balcón
se oye una canción que canta el vecino del ahí enfrente
el eco de la guitarra la acompaña en su dolor
pues tiene cuatro chiquillos sin camisa y sin calzón,
trabajan en lo que pueden por traer un coscaron.
Pero a pesar de esas penas él sigue con su canción
Tu esperándome en la puerta, haber si salgo a jugar
y yo buscando las bolas que no se ni a donde están
al final salgo corriendo, para no hacerla esperar.
A esa chiquilla preciosa que a mi me encanta mirar
¿ Es amor lo que yo siento ? ¿ O es brisa de ilusión ?
No lo se, solo se que eres el fuego, que abrasa mi corazón
no sabemos lo que pasa mientras seguimos jugando
en las calles del recuerdo, porque el tiempo fue volando
con alas de viento fresco, y suspiros de añoranza
yo me perdería en el bosque de aquel portal de tu casa
para enredarte en mis ramas y sentir como me llamas
pero todo es un recuerdo, que por mi cabeza pasa
sintiendo como tus ojos me van traspasando el alma
seguiré con el recuerdo por las calles de mi infancia
recordando aquellos ojos, verdes como la esmeralda
todo recuerdo soñado, porque ya no queda nada
solo un suspiro de pena, despertando en la mañana.
Silvestre
Mayo 2017
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